NEMESIS. La Diosa de la noche.
Según Pausanias, Némesis era hija del Océano; según Amiono Marcelino, era hija de la Justicia; según Eurípides, fue hija de Zeus, mientras que según Hesíodo era hija de la noche.
Desde la época de Homero hasta la de Herodoto, Némesis no fue una Diosa temible, sino un concepto filosófico, una idea. Los hombres tenían que cumplir unas leyes morales que los mismo dioses habían impuesto. Contravenir estas leyes era considerado por los griegos como un ultraje a los dioses. Y en el caso de que algún ser humano cometiera este ultraje debía afrontar las consecuencias de la justicia divina, es decir, de Némesis, la Venganza, la divinidad que subida a los cielos veía desde lo alto de una eternidad oculta lo que pasaba en la tierra y velaba en este mundo para castigar a los malvados.
Sus castigos eran severos a la vez que justos, pero nadie se libraba de ello.
Esta divinidad mandaba también al Destino y hacía salir de la urna de este dios los bienes o los males. Le gustaba castigar especialmente a los orgullosos, a los que carecían de moderación y a los desobedientes.
Permanecía muy atenta sobretodo a las ofensas que hacían los hijos a sus padres. Ella era la que recibía los mensajes secretos del amor traicionado o desdeñado y velaba a las amantes desgraciadas de la infidelidad de sus amados [...].
Vista para unos como el poder del Sol, su soberanía se extendía por toda la tierra. Fue Orfeo quien la llevó a Grecia, donde contaba con numerosos santuarios, de los cuales el principal se encontraba en Ramnus, en el Ática [...].
En Grecia se la representa normalmente coronada y sobre la cabeza se le coloca a veces un asta de ciervo, posiblemente para designar la presteza con que Némesis da a cada uno lo que se merece.
Algunas veces se la representa con la cabeza cubierta por un velo, símbolo que anuncia que la venganza divina es impenetrable, y que descarga su ira en el momento en el que el culpable cree estar a salvo.
A veces descansa sobre un timón, simbolizando el regir los destinos del universo.
Algunas veces sostiene un vaso en una mano y una lanza en la otra.
En otras representaciones se la ve con alas, para expresar la velocidad de un ave para llegar a todas partes. Es por este motivo que os habitantes de Esmirna ponían a su lado un grifo con las alas extendidas y esta ave le era consagrada.
Algunos autores han apuntado que Leda no era más que un sobrenombre de Némesis. Zeus, prendado de Némesis, se habría convertido en un cisne seductor para acercarse a ella. Némesis habría concebido a Helena en un huevo, que Zeus entregó supuestamente a Leda, quien cuidó de él. De ahí que muchas veces se confundan las dos personalidades, ya que se da por cierto que Zeus también se convirtió en cisne para acercarse a Leda, casada con Tíndaro [...]."
Lydia Gracia Ortuño. 1º Bachillerato H.
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