Apolo y Dafne Paula Andrea Bravo 3 eso D
Apolo y Dafne
Por burlarse del dios del amor, Apolo no tenía mucha suerte con sus romances. Apolo, enorgullecido por sus heróicos actos, entre ellos matar a la temible serpiente Pitón se atrevió a burlarse de Eros, hijo se Afrodita, el dios del amor:
-Observad a aquel niño -decía Apolo-, que intenta igualar mis hazañas con su arco y sus flechas.
Molesto por la actitud soberbia de Apolo, Eros decidió vengarse y preparó un plan en el que debía lanzar cuidadosamente sus tiros. Decidió utilizar dos flechas: la del desdén y la del amor. Con ellas provocaría el desdén en Dafne y el amor en Apolo clavando éstas flechas en cada uno. Dafne era una hermosa ninfa y seguidora de Ártemis, diosa de la naturaleza, que había decidido vivir en el bosque dedicándose a la caza sin tener relación alguna con los hombres.
Enamorado perdidamente de Dafne, Apolo la perseguía noche y día. Dado que le rechazaba quiso tomarle por la fuerza. Pero Dafne agotada, pidió ayuda a su protectora Artemis, y ésta la convirtió en un laurel muy hermoso.
Desconsolado y triste, Apolo, abrazado a su tronco lloraba y sollozaba, mientras sentía que aquel árbol le acariciaba rozándole con las ramas su cabeza. Decidió pues coronar su cabeza con las hojas de laurel y seguir subyugado a aquel árbol. Las hojas del laurel nunca se secan y mantienen permanentemente su exquisito verdor, del mismo modo los cabellos del dios Apolo no encanecen nunca.
Paula Andrea Bravo 3 ESO D
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