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Quien olvida su pasado, no comprende su presente

Mito: El origen de la lluvia

Mucho tiempo ha pasado desde que aquellos hechos tuvieron lugar. Demasiado tiempo como para aceptar que, en cierta manera, este mito no son simples palabras que se han ido transmitiendo generación tras generación, pasando por todo tipo de gentes. Muchos son los que aseguran que es algo increíble, e incluso disparatado. Otros, por el contrario, afirman que era tal la fuerza que los dioses podían llegar a tener que los consideraban capaces de llevar a cabo cualquier acción, debido a su fuerza y gran afán por conservar y defender ante todo lo que consideraban suyo.

Esa fuerza fue la que Hera, harta de tantos engaños e infidelidades recibidas por parte de su esposo Zeus, se vio obligada a demostrar. Pues ella, considerada la diosa del matrimonio, no podía aceptar que el suyo no era más que un engaño, una farsa.

Dicen que cuando una diosa enfurecía, todo su alrededor podía llegar a temblar de terror. Y esta vez Hera estaba realmente furiosa. Primero fue Sémele, decía. Y ahora... Dánae. Era algo que no se podía explicar. ¿Cómo su mejor aliada en el Olimpo podía haberla engañado con su marido?

Y pensó una venganza...

Deseaba tener algo en su poder que tuviera la suficiente fuerza como para destruir a cualquier diosa, en este caso Dánae. Pero por más que buscaba y pensaba qué podía ayudarla a luchar contra ella, no encontraba nada que estuviera en su poder. Sin embargo, pensó... -"Si yo tuviera en mi poder el rayo de Zeus..."

Ahí estaba su oportunidad. Aprovechó que Zeus se quedó dormido y se hizo con su poder. Ahora nadie se interpondría entre ella y Dánae, para lograr destruirla. Con la fuerza de un rayo... ¿Quién no iba a ser destruido?

Pero de nuevo los planes no salieron bien. Dánae sospechaba que Hera se había enterado de la infidelidad de Zeus con ella y por ello la seguía a todos lados, sin ser descubierta, porque mucho temía que Hera preparara una venganza contra ella.

Consideró que era el momento perfecto. Debía luchar contra Hera para que no se hiciera con el poder, pues sino la destruiría.

Antiguamente se consideraba que sobre las nubes había finas capas de agua, parecidas a los ríos. Lo que ocurrió fue que, mientras Hera y Dáne forcejeaban por conseguir que la otra no tuviera en sus manos el poder del rayo... uno de estos fue disparado hacia arriba con tanta fuerza que llegó a las capas que se encontraban justo encima de las nubes. Estos supuestos ríos fueron cayendo en forma de pequeñas gotas de agua, llamadas actualmente lluvia.

 

¿Debemos considerar entonces que cada vez que llueve hay dioses peleando? ¿O acaso un rayo acaba de caer  sobre las nubes?

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