Tenerife, la Isla de las Hespérides
“Hay una isla en el mar, no lejos de las islas afortunadas de Zarathustra, en la cual humea constantemente una montaña de fuego; de aquella isla, dice el pueblo, y especialmente las mujeres viejas, que está colocada como un peñasco delante de la puerta del submundo; y que a través de la montaña de fuego desciende el angosto sendero que conduce hasta esa puerta del submundo” (“Así habló Zarathustra” (1.885), de Friedrich Nietzshe.
En el Atlántico, frente a las costas del Sahara, muy cerca del Trópico de Cáncer, se encuentra Tenerife. Emerge del fondo del Océano como una imponente pirámide a la deriva. Son muchas las leyendas e historias sobre el archipiélago, y en concreto a esta hermosa Isla. Destaco algunas que los clásicos citan, como la que cuenta Platón:” que la parte que quedó del fabuloso continente de Atlántida, tragado por el Océano en un terrible cataclismo…”.Otra referencia la hace Homero que la describió en el Libro IV de La Odisea: “dónde los dioses viven y pasan los hombres una vida dulce y tranquila…” Hesíodo situó El Jardín de las Hespérides y Píndalo las llamó Islas Bienaventuradas. Plinio en sus textos la nombra Nivaria, debido a su enorme montaña nevada.
Mª Esmeralda Ros Lizán 4º ESO A
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